domingo, 3 de noviembre de 2019

La confección de guías didácticas y la importancia de los contenidos

En vísperas de concluir este desafío de crear ambientes digitales de aprendizaje nos toca volver la mirada sobre un tema que se ha vuelto casi un tabú: los temidos contenidos.


¿Por qué temidos? Porque la denominación parece estar teñida de sepia y hacer referencia a metodologías pasivas, a modelos pedagógicos centrados en lo que se transmite y no en lo que se construye, se hace propio, se comparte. Más allá de la palabra, lo cierto es que los nuevos escenarios nos obligan a concebir lo que enseñamos de forma muy distinta a cómo lo hacían nuestros padres y abuelos, esto es, como un tesoro que pasaba de generación en generación y que solo algunos privilegia dos podían recibir. Hoy los "contenidos" son saberes, núcleos temáticos accesibles para todo el mundo, pero valiosos solo para quienes saben qué hacer con ellos.
Luego de reflexionar acerca del tratamiento didáctico de los contenidos he recuperado la fe en esta noción y he intentado dinamizar los distintos bloques temáticos de uno de mis programas de estudio. No ha sido nada fácil y me propongo seguir interviniéndolo para que resulte más atractivo, más hondo, más útil. Los invito a ver el mapa mental de mi materia.

La guía didáctica es uno de los recursos más útiles que he conocido: su función de mediar entre el programa de estudios (tan ignorado por los estudiantes) y los materiales de estudio (muchas veces acumulados sin sentido) invita a descubrir la lógica del espacio curricular y acompaña en el estudio. Aunque muy simple, esta infografía sintetiza los puntos principales de mi guía.
                                 Espero que les resulte interesante, ¡nos vemos pronto!