Estamos transitando tiempos agitados: en medio de una pandemia, los docentes asumimos el compromiso de acompañar a nuestros estudiantes incluso a la distancia, y en el afán de ofrecerles experiencias enriquecedoras que involucren nuevas tecnologías a veces perdemos el rumbo, nos vemos sobrepasados por herramientas novedosas y atractivas que distraen de aprendizajes realmente significativos.
En el
módulo central del curso “Competencias para la creación de contenidos
educativos” los docentes-estudiantes hemos conformado grupos de trabajo para
buscar (de acuerdo con la metodología del ABP) soluciones innovadoras a este
problema tan actual y vinculado con nuestra profesión: el uso indiscriminado de
TIC. Este módulo (ABP. Las TIC. Cuáles,
cuándo y por qué) nos ha permitido “interrogar” cada herramienta no solo
para conocer su funcionamiento, sino para vincularla con propósitos de
aprendizaje, con necesidades y posibilidades reales de nuestros estudiantes
que, como todos sabemos por experiencia, son sumamente diversas y desafiantes.
Sería imposible (y poco productivo) que
enumerara todas las herramientas que he explorado, probado y almacenado en este
camino de aprendizaje; basta con decir que mi arsenal TIC ha crecido
exponencialmente, siempre con la certeza de que algo nuevo puede aparecer, de
que todo recurso puede ser reemplazado u optimizado.
En cuanto
a la experiencia del ABP (Aprendizaje Basado en Problemas) he aprendido que
hace falta mucha paciencia, empatía y asertividad para trabajar en grupo con
personas que uno no conoce. No todos tenemos los mismos ritmos de aprendizaje,
las mismas motivaciones y posibilidades, y el desafío de resolver un problema
entre todos puede generar muchos inconvenientes si la comunicación entre los
participantes no es óptima. En fin, de las malas experiencias también se
aprende, y aunque los resultados no hayan sido los mejores, para futuras
experiencias será más fácil plantear desde el principio algunas cuestiones de
organización.
Agrego algunas precisiones respecto de nuestras actividades: además de proponer una solución en forma de objeto comunicacional, hemos tenido que analizar las producciones de otros grupos de nuestro mismo varietal, en nuestro caso, Pinot. Pueden conocer mis impresiones aquí:
Ya para terminar, voy a referirme a los aprendizajes de este trayecto. Según Marina Chrabalowski (Las TIC: cuáles, cuándo y por qué. Orientaciones para el ABP, 2020) al finalizar el módulo cada profesor estudiante habrá desarrollado las siguientes competencias:
Obviamente, el desarrollo de estas capacidades
es un largo camino, en especial porque el diseño, la aplicación y la evaluación
de las actividades mediadas por TIC son procesos de prueba y error. Sin
embargo, puedo decir con seguridad que al menos me he puesto en marcha para
desarrollar cada una de esas competencias con conciencia y compromiso. Nuestros
estudiantes merecen el esfuerzo y tenemos los mejores guías para adentrarnos
con confianza en esta selva ¡Allá vamos!
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